Os ofrecemos una breve reseña sobre "La chica de los ojos claros", de J. G. Chamorro, que podéis encontrar en la segunda temporada de "A contrarreloj", o correspondiente al ACR10 si elegís los relatos sueltos. En el texto encontramos una aparición de Jethro y su compañera Tathiana O'hara, antes de ser ascendidos a detectives en el NYPD (departamento de policía de Nueva York). Como es habitual en los relatos de acción de Jethro, la trama comienza con una persecución automovilística, en donde podemos presenciar de primera mano la jerga policial mientras intercambian información por radio.
Todo esto ocurre en un entorno de tiroteo frente a unos ex-militares profesionales convertidos en sicarios y delincuentes, que además, por si fuera poco para complicarle la vida al expeditivo de Jethro, tratan de secuestrarle. Obviamente este es un gran error del que pagarán las consecuencias.
El autor nos deja un respiro cuando envía a los dos policías al famoso y ajetreado aeropuerto neoyorkino de La Guardia, donde les espera el mismísimo Franz Lengyel, propietario de la firma "Franz LZ Insurances", para la que trabaja el protagonista de nuestra novela, Paul Davis. Con ellos debe colaborar Paul para proteger los relojes que deben custodiar durante una exposición en la ciudad, y para lo cual cuentan con la policía neoyorkina. Pero como suele ser habitual, Jethro tiene sus más y sus menos con Paul Davis, y gracias a ello -o como consecuencia de ello- el lector disfrutará de un interesante diálogo entre ambos que encauzará de nuevo las cosas, sin desmerecer la valiosa labor de pacificadora de la propia O'hara.
Pero obviamente la calma no dura para siempre, y ésta se ve interrumpida por nuevos atacantes, en este caso armados con nada menos que RPG-7 con carga termobárica (un tipo de cohete que explota haciendo salir combustible incendiado cuando se acerca al objetivo), lo cual vuelve a colocar a Jethro en el centro de la acción y, en definitiva, en su salsa.
También el relato nos ofrece la oportunidad de ver en funcionamiento el DAS (de Domain Awareness System, un sistema de monitoreo y vigilancia de la ciudad de Nueva York) el cual, por cierto, no es ficción, ya que existe realmente.
En suma, nos encontramos ante un relato imparable y lleno de acción, que además se puede disfrutar y leer del tirón sin problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario