
Tengo que ser sincero porque, como solo me la han enviado en formato epub, no he podido disfrutar lo que hubiera sido deseable con la lectura de "El último caso", de Francisco Marín.
Empezaré por lo que me ha gustado de la novela: una narración muy buena, una descripción de escenarios y personas fantástica, con mucha profusión de sinónimos, y una calidad incuestionable desde el punto de vista literario.
Ahora bien, "El último caso" es un libro que roza entre lo erótico y la novela negra, en este último género habría que clasificarla un poco "de refilón". En ella se mezclan relaciones de pareja tumultuosas, ya anticipa en sus primeros capítulos lo que vamos a encontrar en el resto, con hombres posesivos y mujeres de la calle condescendientes y un poco (o bastante) idealizadas, en donde se deja de lado el desamparo o el terror que producen en ellas elementos como sus proxenetas. De una forma un tanto serviles, se muestran al lector como dulcineas cuyo único fin y motivo de existencia es satisfacer al hombre. Muestra de ello es una de las frases que encontramos en un club de alterne, en donde se explica que están allí "por su propia voluntad". Sobran las palabras.