1896. Sherlock Holmes ha vuelto a aparecer en los titulares, resolviendo misterios para la flor y nata de la aristocracia. Pero en los talleres y tabernas del sur de Londres, el detective privado William Arrowood es conocido por hacerse cargo de casos mucho más peligrosos, violentos y considerablemente peor pagados.
Arrowood no tiene ninguna duda de quién es el mejor detective de la ciudad, y cuando Mr. y Mrs. Barclay lo contratan para localizar a Birdie, su hija separada, está seguro de que no pasará mucho tiempo antes de que él y su asistente Barnett la encuentren. Pero este caso aparentemente sencillo pronto se convierte en una investigación de asesinato. Lejos de la comodidad de Baker Street, el Londres de Arrowood es una ciudad de crueldad implacable, donde el mal está esperando a ser descubierto.
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